504/GWT



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Estomago Compartido Codeco_obreracentro,Ciudad de México, 2022

1
En colaboración con Elena Solis y Darinko Chimal
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Exploración de sito(Valle del Mezquital), Vajilla de barro con engobes, cena perormática.

3
Fotografía, cerámica, menú degustación, video.
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Beyond the lacustrine city, the stinking altepetl
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Texto a cuatro manos para Culture2
Mariana Paredes, Darinko Chimal,
Manolo Larrosa y Mariana Mañón.

Convidados sean a la cata y degustación del paisaje recíproco que componen la cuenca del Anáhuac y el valle del Mezquital. Pase usted a lo barrido… le contamos un poco sobre esta propuesta de carta nutricional e investigación:


Todo empieza en la Ciudad de México y la áspera relación con el agua que caracteriza su paisaje. Siguiendo los modelos coloniales de infraestructura hidráulica, desde principios del siglo XX, las autoridades metropolitanas decidieron expulsar los excedentes de agua de lluvia, fluvial y de alcantarillado para evitar inundaciones y como medida “higiénica”, a diferentes latitudes de su entorno. Una de ellas es el Valle del Mezquital en el Estado de Hidalgo, un antiguo desierto donde durante la década de los 70 se intensificó la expulsión de aguas residuales no tratadas, creando una nueva formación de suelo capaz de sostener una abundante producción de monocultivos. Hoy en día el agua expulsada por la ciudad se utiliza para el riego y ha demostrado ser un gran fertilizante y una fuente de acalorada controversia, poniendo en duda las normas de salud y los cuerpos afectados por las condiciones generadas a partir de los tóxicos materiales provenientes de la capital, depositados en este paisaje.


Antes de que las tuberías de agua convirtieran este lugar en tierra fértil, sus habitantes -autodenominados hñähñu, también conocidos como otomíes- desarrollaron una tradición alimenticia de escasez, una dieta basada en la caza y la recolección, que encajaba con su estilo de vida seminómada y su paisaje semiárido. La dieta hñähñu es un antiguo conocimiento endógeno de esta tierra que hoy contrasta con la tradición alimentaria semioccidental que tiene a los cuerpos mexicanos aquejados de diabetes y obesidad. Las costumbres hñähñu encarnan una profunda interpretación de la diversidad biocultural en el Mezquital, que ha logrado múltiples adaptaciones a diversas intervenciones que han conformado el entorno de este sitio, el cual tomamos como punto de partida para ampliar nuestras formas de habitar y ser habitados. Tomamos como referencia su sistemas de conocimiento como un reflejo de las experiencias cognitivas que sintetizan las interacciones locales con los paisajes, revelándose como una inmensa fuente de conocimiento.


Con esta degustación, nos proponemos hacer algunos apuntes sobre la decisión histórica de utilizar el Valle del Mezquital como recipiente de aguas residuales -convirtiéndolo en uno de los proyectos agroecológicos más extravagantes del mundo y testigo de la huella de plástico que heredamos a nuestra era geológica-, así como distinguir algunos de los rasgos y actividades que señalan las adaptaciones de los cuerpos a cada una de estas coordenadas. Convertir las tierras desérticas en campos de cultivo intensivo ha derivado en el reconocimiento de la capacidad de sus habitantes para gestionar la abundancia y la escasez, desde un estado de conciencia más acostumbrado al cambio y a las variaciones de recursos. Así presentamos este ejercicio de reconocimiento de paisaje basado en la recolección y la tradición alimentaria hñähñu sugiriendose catar sus alimentos en los siguientes tiempos:


1-Nukazuke hñähñu

Hidromiel de agave

2- Ensalada de Quelites y tempora

Curado xoconostle

3- Ximbó de Guajolote

con salsa cruda y mayonesa de huevo criollo

Pulque

          4-Nicuatole de pinole  ó atole agua miel y elote



El conjunto de piezas escultórico-utilitarias trabajan el reconocimiento de metales pesados presentes en la formación de suelo del Mezquital, además de gestos corporales implicados en la recolección que caracterizan el reconocimiento de la región, investigaciones en curso por parte de panósmico.



Agradecimiento total a Elena Solis y Kiki por la enorme ayuda en la producción de cerámicas. A granicero por la curaduría de la carta y a Darinko Chimal por el acompañamiento y la consultoría en la investigación.

(Darinko Chimal agradece encarecidamente A Mariana Paredes, por sembrar la semilla)

A COdeCo, QuiñObrera y sus implicados por alojar/auspiciar este proyecto.


¡Provecho! Probiota!


Toda la vida se apropia de la energía. Esto es fácil de ver, por ejemplo, en la ingesta de otros seres como fuentes de energía. Sin embargo, la "comida para alimentarse" es un tipo de apropiación recurrente que puede llegar a ser redundante. La redundancia se refiere a la repetición sin sentido, a perder el hilo. Es lo que hacemos mientras comemos rápidamente una barrita energética caminando hacia una sala de reuniones. La apropiación de la energía -la comida- es, por tanto, redundante si sólo es eso: se pierde el punto de tomar la comida como mero alimento, como apropiación de energía sin sentido. Pero las cosas nunca son meramente ellas mismas, las cosas están atrapadas, enredadas -de hecho, en las antípodas del "meramente ellas mismas". La "comida como alimentación" no es lo mismo que la "comida como nutrición". La nutrición es el cuidado, y el cuidado es algo totalmente diferente a un racimo de avena difícil de tragar. La nutrición está vinculada a la protección; se hace con las cosas que nos importan. Es comer o apropiarse de la energía mientras se toma el tiempo suficiente para prestar atención a lo que se hace, y a todo lo que conlleva. La nutrición es imposible sin toda una serie de relaciones de cuidado; es un tipo de intercambio de energía diferente al de la mera ingesta.



Susana Fabre 

–Subrogating Monsters–

Soapbox, 2.0 issue CONTAMINATION, spring 2021


All life appropriates energy. This is easy to see, for example, in the ingestion of other beings as energy sources. However, ‘food for feeding’ is a recurrent kind of appropriation that can become redundant. Redundancy refers to senseless repetition –to missing the point. It is what we do while we quickly eat an energy bar walking towards a meeting room. Energy appropriation –food– is therefore redundant if it is only that: it misses the point bay taking food as mere food, as senseless energy appropriation. But things are never merely themselves, things are caught, entangled –indeed, on the antipodes of the ‘merely themselves’. ‘Food as feeding’ is not the same as ‘food as nurturing. Nurture is care, and care is something entirely different from a hard to swallow cluster of oats. Nurture is linked to protection; it is done to things that we care about. It is eating or appropriating energy while taking enough time to pay attention to what is being done, and all that it entails. Nurture is impossible without a whole series of care relationships; it is a different kind of energy exchange as that of mere ingestion.


Susana Fabre

–Subrogating Monsters–

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