Totocalli Casa de las Fieras: el paisaje un modelo para armar
Museo de Arte Moderno, Ciudad de México, 2022
1
Cerro de Agua, Laboratorio de Investigación/Creación Artística, Igancio Plá
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Colaboración con el Zoológico de Chapultepec y Museo de Arte Moderno
3
Archivo digital, video, ensamblaje, revisión de la colección del MAM, maqueta 3D del zoológico,
4
Archivo digital del proyecto:
Totocalli Index CLICK AQUÍ
Totocalli-Casa de las Fieras: el paisaje un modelo para armar, apela a generar una búsqueda e intervención crítica sobre el paisaje como un término conceptual que nos permita profundizar en la interconectividad global y las consecuencias ideológicas que modifican la biodiversidad y los ecosistemas. Nos interesa generar genealogías sobre ciertas formas y materiales ficticios que emulan elementos considerados parte de los paisajes de los siete biomas que se recrean en el Zoológico de Chapultepec.
El proyecto toma en especial consideración a la gran cantidad de seres que habitan dentro del Zoológico y las condiciones particulares en que lo hacen. Estos miembros han atravesado la destrucción o alteración rotunda de sus ecosistemas y biomas, o son resultado de la reproducción y conservación en cautiverio, ahora ocupantes de los distintos paisajes artificiales que fueron planeados bajo preceptos de naturaleza y zootecnias imperantes a principios del siglo XX en el medio mexicano.
La sociedad que fundó el Zoológico Alfonso L. Herrera, todavía influenciada por nociones de la Ilustración y el Romanticismo, junto con la estela de la cultura cientificista encabezada y patrocinada por Porfirio Díaz, colocó los cimientos para el desarrollo de esta particular interacción biocultural que pone en relieve al medio natural y sus habitantes, sus requerimientos vitales, de mano con la fascinación humana que contempla los animales desde variados afanes entre los que destaca el entretenimiento didáctico y el biopoder.
Siendo que los zoológicos forman parte de la infraestructura creada para la clasificación y demostración de la noción occidental de “naturaleza”, una de nuestras labores como agentes críticos de la cultura y las artes, consiste en identificar los conceptos heredados del pensamiento generacional que condujo a la destrucción del balance ecológico del mundo. Desde nuestro punto de vista, sólo a través de la disolución de las fronteras ideológicas que separan la realidad del mundo natural de la realidad del mundo humano, será posible interactuar de formas integrales con el medio que nos permite existir.
El Zoológico funge también como una posibilidad de revisar histórica y críticamente los espacios de poder que se promueven en una competencia de demostración de capacidades internacional, en las que se replican elementos simbólicos que no piensan de forma sustentable ni contextual, sino sólo en el capital simbólico necesario para ingresar al las denominaciones y dominaciones que ofrece cada nomenclatura: ciudad, metrópoli, megalópolis, pueblo mágico, etc. Estos elementos determinan así, una composición y noción de paisaje.
Totocalli, plantea a su vez un trabajo de investigación histórica y multidimensional que rastree documentos en los que se aborde el diseño y construcción del Zoológico de Chapultepec, acompañado de una revisión por la historia del arte y composiciones que hacen referencia a los cambios en el paisaje a través del tiempo.
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Juan O’Gorman, La ciudad de México (MAM)
El proyecto toma en especial consideración a la gran cantidad de seres que habitan dentro del Zoológico y las condiciones particulares en que lo hacen. Estos miembros han atravesado la destrucción o alteración rotunda de sus ecosistemas y biomas, o son resultado de la reproducción y conservación en cautiverio, ahora ocupantes de los distintos paisajes artificiales que fueron planeados bajo preceptos de naturaleza y zootecnias imperantes a principios del siglo XX en el medio mexicano.
La sociedad que fundó el Zoológico Alfonso L. Herrera, todavía influenciada por nociones de la Ilustración y el Romanticismo, junto con la estela de la cultura cientificista encabezada y patrocinada por Porfirio Díaz, colocó los cimientos para el desarrollo de esta particular interacción biocultural que pone en relieve al medio natural y sus habitantes, sus requerimientos vitales, de mano con la fascinación humana que contempla los animales desde variados afanes entre los que destaca el entretenimiento didáctico y el biopoder.
Siendo que los zoológicos forman parte de la infraestructura creada para la clasificación y demostración de la noción occidental de “naturaleza”, una de nuestras labores como agentes críticos de la cultura y las artes, consiste en identificar los conceptos heredados del pensamiento generacional que condujo a la destrucción del balance ecológico del mundo. Desde nuestro punto de vista, sólo a través de la disolución de las fronteras ideológicas que separan la realidad del mundo natural de la realidad del mundo humano, será posible interactuar de formas integrales con el medio que nos permite existir.
El Zoológico funge también como una posibilidad de revisar histórica y críticamente los espacios de poder que se promueven en una competencia de demostración de capacidades internacional, en las que se replican elementos simbólicos que no piensan de forma sustentable ni contextual, sino sólo en el capital simbólico necesario para ingresar al las denominaciones y dominaciones que ofrece cada nomenclatura: ciudad, metrópoli, megalópolis, pueblo mágico, etc. Estos elementos determinan así, una composición y noción de paisaje.
Totocalli, plantea a su vez un trabajo de investigación histórica y multidimensional que rastree documentos en los que se aborde el diseño y construcción del Zoológico de Chapultepec, acompañado de una revisión por la historia del arte y composiciones que hacen referencia a los cambios en el paisaje a través del tiempo.
Juan O’Gorman, La ciudad de México (MAM)
